Situada entre dos ríos, en las estribaciones de las Montañas Negras, la ciudad de Montolieu tiene todo el encanto de la vida rural francesa.
Al llegar puedes encontrarte con callejuelas vacías que atraviesan pequeñas plazas hasta llegar a una gran iglesia gótica con contrafuertes. Las contraventanas de madera en azul aciano y rojo amapola reflejaban los colores de las flores silvestres de la región.
Sin embargo, a eso de las 10 de la mañana cambia la marcha. Los postigos se abren y las mesas de caballete cargadas de libros empezaron a multiplicarse por las calles. Los hojeadores llegaban y empezaban a rebuscar entre los volúmenes.
Mientras otros pueblos de la región se duermen en los laureles de su encanto, Montolieu lleva 30 años construyendo una efervescente comunidad artística. Aunque solo tiene 821 habitantes -y ningún cajero automático-, la localidad destaca por sus 16 librerías, más de 20 estudios de arte públicos y privados, y una población cosmopolita procedente de todo el mundo.
Las calles de Montolieu parecen una biblioteca al aire libre. En La Manufacture & Eclectic, una tienda especializada en libros de arte y diseño. Otra de las librerías favoritas es La Rose des Vents, con una fachada de paneles de madera del color del Burdeos añejo y columnas de títulos encantadoramente desordenadas.
En el museo de la ciudad puedes asistir a un taller de encuadernación que desafía los estereotipos en un campo tradicionalmente masculino. En un entresuelo situado por encima de viejas máquinas tipográficas de casi dos siglos de antigüedad, cortas, pegas y agujereas cartón y papel marmolado a mano antes de elegir hilos de colores para encuadernar tus creaciones.
Por todo Montolieu te llaman la atención toques artísticos inesperados. En las entrada de las tiendas puedes ver una pila de libros atravesados por una espada, con las páginas deformadas por años de sol y lluvia.
Murales caprichosos en los callejones representan estanterías de bibliotecas. Puertas abiertas conducen a estudios donde los artistas se acurrucan entre pinceles y lienzos apilados.
Otras cuatro ciudades europeas amantes del libro:
Hay-on-Wye, Gales
Este pueblo de la frontera entre Gales e Inglaterra es famoso por su festival literario de 10 días de duración, que se celebra cada mes de mayo, y por sus eclécticas tiendas de antigüedades.
Damme, Bélgica
A las afueras de Brujas, esta bonita localidad de Flandes acoge ferias del libro el segundo domingo de cada mes: en la plaza del Mercado durante el verano y en el Ayuntamiento durante el invierno.
Mühlbeck-Friedersdorf, Alemania
Dos pueblos vecinos al norte de Leipzig se unieron para formar el primer pueblo del libro de Alemania a finales de la década de 1990.
Fjærland, Noruega
Cada primavera y verano, este pueblo rodeado de glaciares situado en un fiordo al oeste de Noruega coloca estanterías con libros en paradas de autobús, cafeterías y en el muelle de un ferry. En junio se celebra el festival anual.
Yuniet Blanco Salas